Las laderas de la sierra de Bernia son escenario de numerosas surgencias de agua como la Font Gran, la del Garroferet o la de l’Ama. Estas fuentes han sido lugares muy populares para las alteanas yalteanos por el hecho de suponer lugares de encuentro puesto que históricamente se acudía allí a llenar los cántaros de agua.
Geología de las Fuentes de Bèrnia y la Microrreserva de flora
Las abruptas formaciones calcáreas de la sierra de Bernia se caracterizan por su elevada capacidad de infiltración debido a la presencia de fracturas y grietas en la roca acentuadas por el efecto de los procesos kársticos. Cuando llueve, el agua penetra en el subsuelo hasta encontrarse con una capa inferior impermeable, donde se acumula y genera un gran almacén conocido como el acuífero de Peña Alhama; al llenarse, el agua se abre paso a la superficie dando lugar a las fuentes que hoy conocemos.
Naturaleza de las Fuentes de Bèrnia y la Microrreserva de flora
Además, en el barranco de l’Amapodemos encontrar una vegetación de ribera exuberante formada por grandes adelfas, lentiscos y mirtos. Pero es bajo el azud donde encontramos una comunidad de gran interés botánico dominada por los musgos y algunas plantas poco frecuentes en la región como el adianto o la flor de la viuda, así como el escaso helecho Pterisvittata de grandes hojas inconfundibles. Este pequeño humedal presenta especies únicas que le han valido su protección en 2013 como microrreserva de flora de la Comunidad Valenciana.
Patrimonio histórico y etnología de las Fuentes de Bèrnia y la Microrreserva de flora
El entorno de la Fontdel Garroferet y la Font Gran es uno de los lugares más populares de Altea la Vella; sea para refrescarse en verano, “comerse la mona” en los días de Pascua o simplemente para beber agua, se trata de un lugar emblemático para todas las alteanas y alteanos. Un poco más arriba se encuentra la surgencia más importante y que le da nombre al barranco: la fuente del’Ama.
Esta red hidráulica favoreció el desarrollo agrícola con la construcción del azud del Riego de Altea la Vella junto a la Font Gran, hace más de tres siglos; el azud desvía el agua del barranco hacia un sistema de acequias que permite el riego de los cultivos de regadío de la zona.